venres, 30 de abril de 2010

Las preguntas del pasado



TEREIXA CONSTENLA - Salamanca
ELPAIS.com - Cultura - 26-04-2010

Algo minúsculo causa un gran escalofrío a la entrada de la sala Santo Domingo de la Cruz, en Salamanca. Es un fragmento diminuto de la alambrada que cercó el espanto mayúsculo de Mauthausen. Allí acabaron 7.300 españoles republicanos, que primero perdieron la guerra en España y luego el combate contra el nazismo en Francia. Cuando el campo fue liberado el 5 de mayo de 1945, apenas seguían vivos unos 2.000. El hambre, la enfermedad y la extenuación por el trabajo en una cantera hicieron a menudo la labor que el asesinato planificado dejó pendiente. Ramiro Santiesteban fue uno de los que vivió para contarlo. Hoy acudió a Salamanca para inaugurar la exposición "Supervivencia, testimonio y arte. Españoles en los campos nazis" con un bagaje humilde en el bolsillo. Entrecortado por la emoción, dijo que sus únicos méritos habían sido ser más joven y gozar de mejor salud que los fallecidos.

Unos centros que, según la ministra, no sólo existen para preservar el pasado. "La memoria no es un tarro herméticamente cerrado. La memoria sirve para usarla y hacernos preguntas", dijo González-Sinde en una sala donde pequeñas esculturas escuálidas proporcionan un escalofrío muy grande. Presos que arrastran carretas con cadáveres, presos que se ayudan entre sí, presos en la cantera... los presos esculpidos por Ángel Hernández García "Hernán" (Madrid, 1912-Perpignan, 1992) son blancos, desnudos, escuetos, con toque Giacometti. Hernán, comunista y combatiente de la Resistencia, sobrevivió a Mauthausen por su trabajo como enfermero. Cuando liberaron el campo siguió ocupándose de los enfermos durante cuatro semanas más. Fueron sus últimas tareas sanitarias. La angustia que le deparaba su antiguo trabajo le obligó a buscarse la vida como peluquero y, en los últimos años, dedicó cada vez más tiempo a recordar la ignominia a través del arte.

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