sábado, 17 de xullo de 2010

Oro sobre lienzo


Subasta. La polémica por la incautación nazi de 'El bebedor de absenta', zanjada tras su venta por 42,1 millones de euros

I. SAENZ UGARTE / C. RODRÍGUEZ LONDRES 24/06/2010

Antes de la subasta se anunció: "Para la caridad, para la Fundación Lloyd Webber", destinada a la formación de nuevos actores e interpretes. A pesar de las expectativas y de la semana de grandes ventas y récords que llevan las dos grandes casas de subastas, Sotheby's y Christie's, el retrato de Ángel Fernández de Soto, también conocido como El bebedor de absenta, se vendió ayer en Christie's por 42,1 millones de euros en una puja recibida por teléfono. La casa era demasiado optimista, esperaba al menos dos millones de euros más. Sin embargo, en este caso, lo importante no era la cifra, sino el final de un litigio que arrastraba el cuadro desde 1995. La subasta, que incluía piezas de Monet, Renoir, Matisse,Magritte, Van Gogh y Klimt alcanzó los 186.297.898 euros. Todos para la FundaciónLloyd Webber

El retrato de Ángel Fernández de Soto, el amigo de juventud de Picasso, miraba impasible desde su marco de madera de purpurina a los potenciales compradores de la subasta en la casa Christie's de Londres.

Desde que el pasado 17 de marzo se anunciara su futura venta, a Ángel lo exhibieron en Londres, Nueva York y Hong-Kong como a un animal de feria. En Londres, Ángel no pudo beber absenta como hizo cuando le retrató su compinche malagueño, porque el consumo de esta bebida está restringido en Gran Bretaña. Por eso, quizás, tuerce los labios en gesto burlón, por el síndrome de la abstinencia.

Picasso retrató 18 veces a su amigo Ángel Fernández de Soto y Llasat, fallecido en accidente durante la Guerra Civil española, y algunos de estos retratos (en grupo o en solitario, a lápiz o tinta) pueden leerse como esbozos para el retrato en azul vendido; es el de mayores dimensiones y el más difícil por tratarse de óleo sobre lienzo.

Picasso lo hizo en 1903 cuando los dos jóvenes compartían un destartalado cuchitril en la parte baja de Barcelona y sólo cenaban mientras duraba el sueldo de Ángel como mozo de recados de un almacén. Porque andaba todo el día por la ciudad, sus amigos le llamaban Patas'; era alto, delgaducho y tenía las piernas largas.

En 1904, cuando Picasso se trasladó definitivamente a París, supo muy bien qué llevarse y qué dejar detrás. Ángel en azul fue empaquetado hacia la capital francesa hasta que fue vendido al compositor Lord Andrew Lloyd Webber por 29,1 millones de euros, en 1995. El retrato de Ángel residió, casi escondido.

Giovanna Bertazzoni, jefa del departamento de Impresionismo y Arte Moderno de Christie's, explica a Público que para calcular el precio se basan en el interés que mostraron los coleccionistas cuando intentaron vender el cuadro en 2006, y desde entonces el mercado de las grandes obras de arte se mantiene firme. Las producciones del período azul de Picasso cuando hacía de pintor de la miseria humana no son habituales en el mercado. Comparado con Joven con pipa, de 1905, vendido por 104 millones de dólares en 2004, o Dora Maar con un gato negro, adjudicado por 95 millones de dólares en 2006, el precio pagado por el retrato parece prudente en época de crisis.

Empiezan los problemas

Desde que El bebedor de absenta entró en la pinacoteca de Lord Webber en 1995, el Patas no se encontró cómodo con los prerrafaelitas que formaban la colección. Él era el único bohemio del siglo XX. En 2006 se anunció la venta del retrato por un precio de 40 a 60 millones de dólares, muy superior a la previsión por la que se ha vendido esta vez.

Ahí surgieron los problemas, cuando el profesor de judaísmo Julius Schoeps reclamó la propiedad del cuadro aduciendo que había pertenecido a un hermano de su abuela, el banquero Paul Mendelssohn-Bartholdy, el cual lo tuvo que vender de forma forzada por la persecución nazi, según el profesor alemán.

Ángel fue retirado de la venta unas horas antes de la subasta mientras empezaba un litigio en los juzgados de Nueva York y Londres. Julius Schoeps se enteró unos años antes de que su tío abuelo había poseído obras tan conocidas como El molino de la Gallete o Joven con pipa, de Picasso, o uno de Los girasoles, de Vincent van Gogh, e inició una cruzada legal para que museos y coleccionistas del mundo entero le compensaran por la incautación o venta forzada de arte a su antepasado. El pasado enero, Lord Webber pagó una cifra secreta para que los herederos del banquero Mendelssohn-Bartholdy retiraran sus reclamaciones sobre la propiedad de Patas, impasible al conflicto.

Lucian Simmons, jefe del departamento de Restitución de Sotheby's, lleva 13 años interviniendo en conflictos como este. "Nosotros siempre aconsejamos que se llegue a un acuerdo antes de litigar en los juzgados. Creamos el departamento para minimizar el riesgo, proteger a nuestros clientes y mantener limpio el mercado", asegura Simmons, cuyo departamento mira con lupa el paradero de obras de arte entre 1933 y 1945. El pago de una cifra compensatoria, como en el caso de este cuadro, es una de las soluciones que se aplican para restituir obras de arte expoliadas durante la persecución nazi.

Otro de los arreglos para resolver estos conflictos de propiedad histórica es la devolución de la pieza. En este sentido, Sotheby's ha anunciado la venta, también para junio, del cuadro Joven en la fuente, de Jean Baptiste Corot (1796-1875). El retrato de una joven con un cántaro en una fuente de apariencia más inocente que Ángel ha sido devuelto por el museo holandés Kröller-Müller de Otterlo a los descendientes de Georg EduardBehrens, tras 66 años en la colección del museo. En este caso, el ministerio de Educación, Cultura y Ciencia holandés ha devuelto la obra de arte, valorada por Sotheby's para la venta en un millón de euros.

La opción secreta

Otra manera de resolver estos conflictos históricos y artísticos de propiedad de obras se plasmó el pasado febrero con la venta del paisaje de Gustav Klimt Iglesia de Cassone, un precioso cuadro, reclamado por los descendientes del magnate metalúrgico Victor Zuckerkandl. Sus propietarios anónimos hasta hace pocas semanas compraron el cuadro sin saber qué había sido de él en la década de 1930. Para resolver el litigio optaron por vender la obra y repartir el dinero, en proporción secreta, entre los reclamantes y los propietarios. Su preció se calculó en 10 millones de euros, y consiguió 30 millones, adjudicado a un comprador anónimo.

En el arte de las restituciones de cuadros, esculturas, manuscritos o antigüedades, Sotheby's ha adelantado a su rival Christie's creando en 1997 un departamento dedicado a investigar la historia o procedencia de obras de arte sospechosas de haber pasado por las manos o las listas de los nazis para requisar, robar, vender o incorporar a sus museos. En 13 años, Sotheby's ha vendido más de 300 millones de dólares en arte restituido con devoluciones, compensaciones o distribuciones. "No hay una solución única para aplicar a los casos de restitución. A menudo hay dos inocentes, los compradores de buena fe y los reclamantes", explicaSimmons, quien ha hecho de intermediario en muchos de estos conflictos.

El caso de Joven en la fuente, entregado por un museo a un ciudadano privado, es parecido a la reclamación que tiene el museo Thyssen de Madrid del cuadro La calle Saint Honoré, de Camille Pissarro, y que lleva nueve años de litigio judicial en EEUU. Simmons no quiere hablar de casos concretos, aunque en sus años de lidia en este campo ha visto que hay diferencias tratando con gobiernos o con ciudadanos privados.

"Los gobiernos tienen una política pública y un status legal distinto al de los ciudadanos privados, pero al fin y al cabo todos tienes que resolver el litigio, y nosotros les aconsejamos que lo hagan evitando los juzgados, porque este es un campo único, todo depende de qué haya pasado en los últimos 70 años con la obra", explica el mercader del arte.

En su opinión, "quedan centenares de importantes obras de arte, de las de museo, por reclamar, aunque hay muchos objetos personales, desde retratos de familia a manuscritos, que pasan por el mercado a 300 euros y no son reconocidos para ser restituidos".

El retrato de un borracho con mucho recorrido

1903

Picasso pinta el retrato de su amigo íntimo Ángel Fernández de Soto y Llasat cuando compartían apartamento en la parte baja de Barcelona.

1904

Picasso se trasladó definitivamente a París y a la hora de hacer las maletas incluyó entre sus preferencias el retrato de Ángel en azul. Así fue a la capital francesa. Pasa completamente desaparecido entre esta fecha y el momento de su primera venta.

1995

Lord Andrew Lloyd Webber compra el retrato por 29,1 millones de euros.

2006

Se anuncia la venta del retrato de ‘El bebedor de absenta' por un precio que oscilaba entre 40 y 60 millones de dólares, muy superior a la previsión por la que se ha vendido en esta ocasión en Londres.

2006

El profesor de judaísmo, Julius Schoeps, reclamó la propiedad del cuadro aduciendo que había pertenecido a un hermano de su abuela, el banquero Paul Mendelssohn-Bartholdy. Este tuvo que venderlo de forma forzada por la persecución nazi, según el profesor alemán.

2010

El pasado mes de enero Lord Andrew Lloyd Webber pagó una cifra secreta para que los herederos del banquero Mendelssohn-Bartholdy retiraran definitivamente sus reclamaciones sobre la propiedad de ‘El bebedor de absenta', de Picasso.

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