xoves, 2 de setembro de 2010

Manuel Ferrol cruza el Atlántico



JOSÉ LUIS ESTÉVEZ - Buenos Aires
EL PAÍS - 08-08-2010

"Mi padre tenía el sueño de que sus fotografías se pudiesen ver en Buenos Aires y ahora por fin su deseo se ha realizado", indica Patricia Ferrol, la hija del fotógrafo gallego que consiguió el milagro de resumir en una sola imagen el drama de miles de gallegos que a lo largo de muchas décadas tuvieron que cruzar el Atlántico para buscar una vida mejor. Hay muchas posibilidades de que a cualquier gallego que se le pregunte por la emigración, la primera imagen que se le venga a la cabeza sea la de un hombre y su hijo abrazados y llorando durante la partida de un buque repleto de pasajeros rumbo a América. Sólo por esa instantánea el nombre de Manuel Ferrol (1923-2003) merece ya un lugar en la historia, pero la obra del fotógrafo de Fisterra es mucho más que eso. Ahora, por primera vez, puede verse en Buenos Aires una exposición en la que se recogen las instantáneas de la serie Emigración, de la que forma parte la celebérrima imagen.

Patricia Ferrol también está satisfecha por hacer realidad su idea de traer a la capital argentina las fotografías de su padre. Recuerda que el Juan de Garay, el barco que hizo posible la instantánea más famosa de Ferrol, tenía como destino final Buenos Aires. La imagen fue captada en 27 de noviembre de 1957 en el puerto de A Coruña y el barco llegó a su destino final 23 días después. La ilusión de la hija del fotógrafo es que la exposición permita encontrar a algunas de las personas que fueron retratadas por la cámara de su padre. De todas formas ya ha tenido alguna amarga experiencia en este sentido: un emigrante logró engañarla en una ocasión durante varios meses al hacerse pasar por el niño que aparece en la histórica fotografía. Finalmente el engaño se descubrió y Patricia acabó encontrando al auténtico protagonista de la historia, un pescador de Fisterra apodado Chanquete al que finalmente pudo conocer.

A juzgar por el numeroso público que asistió a la inauguración, el pasado viernes, pese a celebrarse en pleno horario laboral, Patricia puede llegar a cumplir su sueño de conocer a más personas que fueron retratadas por su padre. En el medio centenar de fotografías que forman la muestra puede apreciarse el trabajo documental de Ferrol, quien nunca quiso llamarse artista pero que, indudablemente, tenía un talento especial para reflejar con su cámara las emociones que se desbordaban en un momento tan especial como la despedida de unos familiares a los que no se sabía si se volvería a ver en algún momento. La hija de Ferrol destaca que incluso las imperfecciones técnicas que pueden verse en algunas de las fotografías contribuyen a realzar el dramatismo de las situaciones reflejadas.

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