mércores, 13 de outubro de 2010

Tres de cada cuatro mujeres han sufrido violencia machista


La ONU alerta de que la mitad de las agresiones sexuales que se producen en el mundo las sufren menores de 16 años. El trabajo con adolescentes, fundamental para erradicar la lacra
SUSANA HIDALGO MADRID 05/10/2010
Cruces polas mulleres asasinadas en Ciudad Juárez
El dato es contundente: tres de cada cuatro mujeres en el mundo ha sufrido alguna vez en su vida violencia machista. Es decir, han sido golpeadas o insultadas de manera reiterada y abusiva por su pareja o ex pareja o han sufrido una agresión sexual por un conocido o desconocido. La cifra la ofrecieron este martes en Madrid representantes de Naciones Unidas en temas de Género y presentes en la jornada Instrumentos eficaces para la igualdad en el desarrollo, organizada por el Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (Unifem), la Cooperación Española y la Red Gedea (Género en Desarrollo y Eficacia de la Ayuda).
La cifra puede parecer, a simple vista, excesiva, pero es real. Esas tres mujeres de cada cuatro víctimas del machismo tienen rostro en los feminicidios de Ciudad Juárez (México), en las violaciones de la República Democrática del Congo o de Haití o en las 52 mujeres que ya han muerto este año en España a manos de sus parejas o ex parejas.
Además, unas 5.000 mujeres mueren al año asesinadas por el honor de sus familias. Y también hay otras víctimas que día a día sufren una violencia que no deja huella física, pero sí psicológica: la de aquellas que aguantan las vejaciones y humillaciones verbales por parte de sus parejas.
Y esa violencia hace además que muchas de las víctimas queden contagiadas de sida o que ya no puedan volver a trabajar, simplemente por vergüenza a acercarse de nuevo a un mercado o a la cosecha. "Los gobiernos tienen que terminar con esta impunidad", denunció María José Alcalá, asesora en Violencia de Género de Unifem.
Alcalá estuvo acompañada en Madrid por la colombiana Ana María Enríquez, directora del Fondo para la Igualdad de Naciones Unidas, y de Inés Alberdi, directora Ejecutiva de Unifem en España. Las tres coincidieron en denunciar que la violencia de género es "una pandemia que puede atacar a todas las mujeres por igual, sin fronteras". Insistieron en que aún queda mucho por hacer porque, como señaló Alcalá, las políticas de Igualdad reciben "poco respaldo político y financiero" y áreas de intervención, como la prevención, "están muy desatendidas".
Además, esta lacra ha quedado fuera de los llamados ocho Objetivos del Milenio, promovidos a nivel mundial para terminar con la pobreza y las desigualdades. Uno de los objetivos sí que habla de promover la igualdad entre los géneros, pero de una manera muy genérica.
Las prioridades
De momento, Naciones Unidas ha dado recientemente un golpe de efecto al crear la agencia ONU Mujeres, que aglutina todo el trabajo realizado hasta ahora por distintas entidades dentro de la organización y que está dirigida por la ex ministra chilena Michelle Bachelet.
Dentro de esa ONU Mujeres está Unifem, que en 2009 recibió 20 millones de euros en financiación. Y desde esta agencia promueven, como prioridad, el trabajo con los y las adolescentes. "La mitad de los asaltos sexuales se producen a chicas menores de 16 años", alertó Alcalá, que agregó otro dato que incide en la gravedad de atajar el problema ya en la adolescencia o incluso antes: "La mayoría de los agresones cometen su primer ataque cuando son varones muy jóvenes".
Las mujeres que trabajan el terreno corroboran los datos. Ana Lorena, directora de la ONG Ayuda en Acción en El Salvador, ve a diario las agresiones que sufren las mujeres y alerta de que la importancia de trabajar la igualdad con los varones: "Porque en cuanto ellas son sensibilizadas en temas de igualdad, hay hombres que entonces las ven como conflictivas".
Lorena pone el énfasis además en las niñas. "No tienen voz y muchas veces tienen que denunciar las agresiones por medio de la intermediación de los adultos", explica esta mujer en conversación telefónica desde El Salvador. Hay dos entornos, además, donde las niñas son especialmente vulnerables: el colegio y el hogar. "Las crías pueden sufrir abusos por parte de padres y maestros, justo en los dos lugares donde deberían sentirse más seguras", señala esta cooperante.
La vida en los barrios marginales tampoco es fácil para las mujeres. Naciones Unidas concluye con un dato, otro más, y recuerda que en Sao Paulo (Brasil) una mujer es atacada cada 15 segundos.
"La violencia se puede desaprender"
María José Alcalá. Asesora Violencia de Género ONU
¿Los maltratadores pueden ser reeducados en su edad adulta?
Hay que reconocer que la violencia de género se aprende desde la infancia, en el entorno, y por tanto, con buenos métodos se puede desaprender. Ya hay programas que funcionan, como en Brasil, en los que se está educando a los niños en igualdad y se les provoca para que reflexionen sobre la violencia hacia las niñas. Estos programas están dando resultados muy positivos entre los chicos.

¿Qué parte de la población femenina está más en riesgo?
La violencia machista toca a todas las edades y clases sociales, a ricas y pobres. Pero hay un sector especialmente vulnerable, que es el de las niñas y adolescentes de 10 a 19 años de edad, que pueden sufrir agresiones tanto en su entorno familiar como en la propia escuela. Y es en esta edad donde los niños varones también tienen que aprender que la violencia de género es del todo inaceptable. Tienen que ver a las chicas como sus iguales y no como alguien inferior.

¿Qué puede hacer la familia para prevenir agresiones?
La familia y el entorno tienen que quitarse de la cabeza la idea de “a mi hija no le va a pasar”, porque le puede ocurrir a cualquiera. Lo importante es que las propias niñas tengan suficiente información y empoderamiento para denunciar el abuso por sí solas si sufren violencia. Muchas veces los violadores son miembros de su familia o los vecinos y eso silencia aún más la agresión sufrida.

¿Por qué hay tantas adolescentes que aceptan la autoridad del varón durante el noviazgo?
Porque se las ha educado en su familia y entorno para ser sumisas y buenas novias. Ellas piensan que si el chico las pega, es porque las quiere. Y es la familia la que tiene que decirlas que eso no está bien y que no pueden aceptar dicho comportamiento. Este tema es muy importante porque los niveles de violencia machista entre los adolescentes son espeluznantes.

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