sábado, 26 de febreiro de 2011

"Con el asesinato de Kennedy, Estados Unidos perdió su inocencia"


Tim Kring publica en España su primera novela 'Sólo para tus ojos' que describe los experimentos de la CIA para el control mental con los ácidos en los años sesenta
TOMMASO KOCH - Madrid - 14/02/2011
Produce alucinaciones con los ojos abiertos, sinestesia (mezclar los sentidos, algo así como oír colores y ver sonidos) y percepciones distorsionadas del tiempo. Fue el compañero inseparable de los movimientos hippies de los años 60. Ha protagonizado videos musicales y películas. Ahora, según el creador y guionista de la serie Héroes, Tim Kring, el ácido LSD podría incluso haber sido la causa de la muerte del presidente estadounidense John Fitzgerald Kennedy. Esa al menos es la sospecha que deja caer en su primera novela, Sólo para tus ojos, escrita a cuatro manos con Dale Peck y que Ediciones B publicó el pasado 9 de febrero en España.
"Estaba con la segunda temporada de Héroes pero de pronto en noviembre de 2007 se convocó en EE UU una huelga de los guionistas de series. Como quería participar y por tanto no podía escribir para Héroes, me puse manos a la obra con la novela", cuenta Kring por teléfono, desde su casa en Los Ángeles. Solo para tus ojos narra un mes de acercamiento frenético y delirante, día tras día, al fatídico 22 de noviembre de 1963 en el que Kennedy cayó asesinado en Dallas, Tejas. De fondo, conspiraciones, agentes secretos, experimentos de control mental y alucinaciones de todo tipo. A veces la confusión es tanta que cabe preguntarse: ¿qué acabo de leer?
Desde el prólogo, en el que 1.963 personas ven aparecer un niño en llamas en el cielo de Dallas el 30/12 de 2012 a las 11.22 (resumiendo e invirtiendo los números, 12.30 del 22/11 de 1963, justo cuando murió el presidente, el pretexto que sirve a Kring para volver a ese año) hasta el final, Solo para tus ojos corre sin parar. Sus personajes también corren, pero uno detrás del otro. El agente cubano Baltasar, el policía del FBI B.C., la prostituta Naz y Chandler, conejito de indias de unos experimentos de la CIA con el LSD, se encuentran, se reencuentran, se persiguen, escapan. Parece una serie televisiva. "De hecho, quería escribir algo que un día pudiese ser adaptado a un guion. Quería que tuviera el ritmo de un telefilme", sostiene Kring.
El titular original de la obra, Shift (cambio, variación, en español) resume en cierta forma el hilo conductor de toda la obra: "Se refiere a los cambios que causa el LSD en una persona pero también a los que se pusieron en marcha en el país en esa época". Un concepto que no refleja el titular español. "Quizás lo hayan escogido porque Solo para tus ojos es la frase que se alega normalmente a los documentos top secret", sugiere poco convencido Kring.
Teoría de la conspiración
"Quería escribir sobre una conspiración. Me puse a investigar sobre la época de Kennedy y desde el principio di con los experimentos de control mental a través de las drogas que llevaba a cabo la CIA", detalla Kring. En particular, con la dietilamida de ácido lisérgico, comúnmente conocida como LSD. El autor, que asegura no haberla probado nunca, hasta llega a plantear en la novela que el mismísimo Kennedy tomara el ácido de vez en cuando, con su amante Mary Meyer (uno de los personajes reales de la novela).
Kring se inspiró en Philip K. Dick y Robert Ludlum a la hora de escribir. Pero la referencia de sus investigaciones fue Timothy Leary, profesor de Harvard que en los sesenta estudiaba las potencialidades del LSD y llegó a sostener que aumentaba las capacidades mentales del hombre y permitía usar más del 5% del cerebro que aprovechamos normalmente. De forma parecida a la heroína en Trainspotting, en Sólo para tus ojos el juicio sobre el LSD es doble: "Tiene su punto casi romántico, fascinante, de ver cosas que no existen, pero puede convertirse en pesadilla". Y sembrar destrucción y muerte.
Escribir la novela fue para Kring como abrir el cajón de los recuerdos. "A comienzo de los 60 estábamos más esperanzados, menos cínicos. Tras el asesinato de Kennedy, EE UU perdió su inocencia. Tuvimos que aceptar que no éramos perfectos como pensábamos". Kring parece emocionarse al recordar ese día: "Tenía siete años y estaba jugando en el patio del colegio. Los altavoces nos pidieron que volviéramos a las clases. Nos dijeron que el presidente había muerto. Por el pasillo vi la puerta abierta del despacho del director: era un hombre muy grueso y estaba sentado a su mesa, con las manos en la cabeza y la mirada al suelo".
Cuando murió la esperanza
Desde entonces, un efecto dominó precipitó al país en el drama: el asesinato de Martin Luther King y de Bob Kennedy, la guerra del Vietnam. "Acabamos perdiendo la esperanza". Fue uno de los momentos clave de la historia reciente de Estados Unidos. La primera pieza de una trilogía que Kring quiere escribir y describir junto a Peck. "Los otros dos momentos son la caída del muro de Berlín y la época actual". Eso sí, terminarán las otras dos novelas, siempre y cuando les dé tiempo. "Estoy ahora con una serie, Touch, sobre la interconexión global, y con el proyecto Conspiracy for good". Se trata de una novela contada entre papel, móviles, redes sociales e incluso actores en carne y hueso que se pueden encontrar por las calles de Londres, donde empieza la trama.
Tres novelas y una serie. Mucha carne en el asador. En cambio Héroes ya no se cuece. Se canceló el pasado 14 de mayo de 2010, con la segunda temporada aún por terminar. Presupuesto alto y audiencia en caída: una fórmula que la NBC, productora de la serie, no podía mantener. Kring reconoce la disminución de espectadores pero matiza: "Seguía siendo de las series más descargadas en Internet. Creo que el problema es el número de episodios: hacemos demasiados y el producto deja de ser algo raro y especial". Serie como Perdidos triunfaron sin embargo con más de 20 capítulos por temporada. "Ya, pero acabaron reduciendo el número de capítulos".
Kring se despide rápido. El compromiso era que la entrevista durara 20 minutos y ya van 40. ¿Habrá sido una percepción distorsionada del tiempo?

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