sábado, 2 de abril de 2011

Lloyd Olivier, codificador navajo de los marines


Sirvió en la unidad que aseguró las comunicaciones contra los japoneses
JACINTO ANTÓN 26/03/2011
Se ha dicho que sin los indios navajos los marines de Estados Unidos no hubiera tomado Iwo Jima. Probablemente es una exageración, pero hace justicia a un puñado de soldados miembros de esa tribu que con su esforzada labor como codificadores, operadores de radio y mensajeros contribuyeron a ponérselo bien difícil a los japoneses durante los momentos más decisivos de la II Guerra Mundial en el Pacífico. En su peripecia se basó, muy libremente, la violenta película de John Woo Windtalkers (2002), con Nicholas Cage.
El cabo Lloyd Olivier (Shiprock, Nuevo México), fallecido el pasado 16 de marzo de pancreatitis a los 87 años en un hospicio de Phoenix, Arizona, era uno de esos hombres. Y uno de los más relevantes: el penúltimo superviviente del grupo original de los Navajo Code Talkers, una leyenda de la criptología, los primeros 29 soldados navajos que constituyeron el núcleo de una unidad secreta en el seno del Cuerpo de Marines de EE UU y que desarrollaron un código basado en su idioma tribal. Distribuidos en los diferentes contingentes de marines, los operadores navajos enviaban y recibían los mensajes en su idioma para desesperación de los escuchas nipones que jamás pudieron descifrarlos. A ver, si oyes "has-clish-nih" en la radio lo último que se te ocurre es que significa "pelotón".
El lenguaje navajo, de la familia atabascana, hubo de ser adaptado para su rol militar. Como no existían las palabras "granada" y "torpedo", por ejemplo, se utilizaron "patata" y "pez concha", respectivamente. Los cazas Zero eran "da-he-tih-hi", "colibrí". El nuevo vocabulario militar, como puede imaginarse, añadió complejidad al código, que además introducía diversas variantes. "Ne-ahs-jah", "lechuza", significaba "avión de reconocimiento" pero también la letra "o", dependiendo del contexto. De hecho, aunque fueras navajo, si no estabas adiestrado no pillabas una -los japoneses torturaron a un navajo prisionero, Joe Kieyoomia, pero este no formaba parte de la unidad y desconocía el código, el pobre-.
En total sirvieron como "arma secreta" lingüística unos 400 navajos que fueron desplegados en todas las operaciones de los marines -incluidos los peores fregados- en el sangriento combate isla por isla contra los japoneses. Aunque uniformados como marines, su fisonomía les causó más de un problema al ser a veces confundidos con japoneses: el único navajo de los 29 originales muerto durante la guerra fue Harry Tsosie, al que le disparó otro marine. Usualmente, a los Code Talkers se les asignaba un soldado que les protegía de ese y otros riesgos. Según algunas fuentes -y en la película citada-, debía además eliminar al navajo si había peligro inminente de que cayera en manos de los japoneses, aunque varios estudiosos consideran que eso es solo un mito.
Olivier sirvió en Guadalcanal, Saipan y Peleliu. En la primera isla, quedó inconsciente en su trinchera durante un bombardeo para despertar y encontrarse rodeado de camaradas marines y soldados japoneses muertos a su alrededor. Provenía de una familia muy humilde. Abandonó la reserva a los 19 años para alistarse y ayudó a sobrevivir a su madre y hermanos con su paga. Su hermano pequeño Willard Varnell, fallecido en 2009, fue también Code Talker. Tras licenciarse del ejército en 1945, Lloyd Olivier se dedicó a trabajar de platero, confeccionando joyería. Hombre parco al que las explosiones habían vuelto bastante sordo, estaba orgulloso de su servicio aunque se mostraba perplejo de que lo consideraran un héroe.
El papel de los codificadores navajos fue material clasificado hasta 1969. Y solo en 1982 comenzaron a ser reconocidos y honrados públicamente. En 2000, Clinton firmó el decreto por el que se concedía a los 29 Code Talkers originales -de los que ahora solo queda Chester Nez de Albuquerque- la Medalla de Oro del Congreso y la de plata a los demás.
La idea de emplear indígenas norteamericanos para las comunicaciones militares es anterior a la II Guerra Mundial; los primeros Code Talkers fueron indios choctaws de Oklahoma que sirvieron en la 36 división de infantería de EE UU en la Gran Guerra. En la II Guerra Mundial, además de a los navajos, los EE UU utilizaron, a más pequeña escala y en el frente europeo, a los comanches (!). Operadores comanches (el último superviviente, Charles Chibitty, falleció en 2005) entraron en acción en la playa Utah de Normandía el Día D.

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