venres, 18 de novembro de 2011

El infierno cotidiano del boom inmobiliario


Max Lemcke revisa el pinchazo de la burbuja en la premiada tragicomedia 'Cinco metros cuadrados'
CARLOS PRIETO Madrid 11/11/2011
Las bodas las carga el diablo. Se empieza bebiendo un cubata y se acaba bailando una conga con los gayumbos en la cabeza. O algo peor: comprando una casa. Algo así le ocurre a Álex (Fernando Tejero) en Cinco metros cuadrados, tragicomedia de Max Lemcke (Casual Day) sobre el reventón de la burbuja enladrillada que arrasó en el Festival de Cine Español de Málaga (mejor película, guión, actor y actor secundario).
En los baños de la boda alguien convence a Álex de que alquilar es de perdedores. Que lo mejor es comprarse un piso, sobre plano, en la costa. Vamos, que le lían. Será entrar por la puerta de la inmobiliaria para adquirir su casa de ensueño con vistas a la playa y activarse un mecanismo especulativo infernal que dará con sus huesos bajo el puente. España es así.
"El autoengaño colectivo es otro factor de la burbuja. Queríamos mostrar la presión social e institucional, pero también la de familiares y amigos. Frases como ¿por qué estás alquilando si con el mismo dinero puedes comprarte una casa?' eran muy habituales antes. De aquellos polvos vinieron estos lodos. Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades", resume Lemcke.
El director empezó a trabajar en el filme antes del pinchazo de la burbuja. Con una imagen en la cabeza: un hombre que lo ha perdido todo ocupa un piso piloto. "Luego estalló la crisis y todo se recrudeció", aclara. Para colmo, el guión saltó, por cuestiones de producción, de las nuevas ciudades dormitorio madrileñas a la costa levantina. "Tomó otro cariz. La acción transcurriría en la zona donde el descalabro inmobiliario y la corrupción urbanística eran el pan nuestro de cada día", añade.
El eterno retorno
Dice Max Lemcke que es alucinante que 50 años después de El pisito sigamos sin ser capaces de resolver el problema de la vivienda, y se lo endosemos tranquilamente a la siguiente generación. Y aunque Marx dijo una vez que la historia se repite primero como tragedia y luego como farsa, Cinco metros cuadrados, que arranca como comedia negra, acaba apostando por el drama. "Hay mucho humor negro y sarcasmo. Contar con dos actores cómicos [Fernando Tejero y Malena Alterio] me permitió jugar con las expectativas. Quería darle la vuelta a la comedia".
A mitad de rodaje, Lemcke consiguió un helicóptero, voló a Benidorm y filmó sus rascacielos desde el aire para los títulos de crédito. "Resume todo lo que va a ocurrir. El porqué de todo esto", zanja.

1 comentario:

  1. Soluciones, salidas, queremos ideas, levantemos los adoquines, usémoslos, derribemos las estatuas, enterremos a los dioses, empecemos de nuevo o será el final

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