xoves, 14 de xuño de 2012

Cuando Mogadiscio era la 'Perla del Índico'


Una exposición en Nairobi recuerda la belleza de la capital de Somalia antes de su destrucción a principios de los años 90
La fotografía muestra una avenida rodeada de palmeras, una catedral, un arco, el minarete de una mezquita y varios edificios que mezclan un estilo árabe con influencias italianas. La ciudad es Mogadiscio, en Somalia, la fotografía fue tomada en los años 70 y hoy hace ya más de 20 años que lo que muestra no existe.
"Me siento mal al ver estas imágenes", dice Mubarak Salat, un joven de 22 años, mientras señala a su alrededor, "aunque ya he venido dos veces porque la verdad es que me gusta ver cómo era en los 50 y en los 70".
Salat nació en la capital somalí pero huyó de su país en 2007 para poder estudiar en la universidad. Hoy ha vuelto a la exposición "Mogadiscio antes y después", que la Alianza Francesa en Nairobi ha inaugurado esta semana. En la sala hay antiguas fotografías de la ciudad junto a otras más recientes, que muestran los reconocibles edificios derruidos y paredes llenas de agujeros de balas.
Pero ésta no ha sido siempre la cara de Mogadiscio. Hubo un momento en que esta ciudad era conocida como "la Perla del Índico", a mediados del siglo XX y hasta principios de los años 90, y algunas de estas fotos son testigos de esa época. Mezquitas, plazas enormes, paredes blancas de casas llenos de ventanas árabes, arquitectura y cafés italianos y unas playas de arena blanca y palmeras que atraían a muchos de los diplomáticos y turistas que venían al este de África.
Una imagen de 1983 muestra la principal playa de la ciudad llena de gente y con las mujeres en bikini, algo impensable hoy. En otra, de 1976, se ve la discoteca del hotel Juba, en la que hombres y mujeres, africanos y europeos, bailan vestidos con los pantalones de campana y las faldas típicas de entonces.
La situación política estaba lejos de ser perfecta, ya que el régimen del entonces presidente Siad Barré era en la práctica una dictadura comunista. Pero, para los que se lo podían permitir, Mogadiscio sí era una ciudad con muchos encantos para vivir o visitar.
"Tuve mala suerte en cuanto al momento para nacer", comenta Salat, "cuando tenía seis meses, ocurrió el golpe de Estado que depuso a Siad Barré y empezó la guerra".
Eso fue en enero de 1991 y, desde ese momento, Mogadiscio y gran parte de Somalia se hundieron en un conflicto muy complejo que aún dura hoy. Entonces, diferentes milicias y señores de la guerra se enfrentaron entre sí y contra tropas de Estados Unidos, cuyo objetivo era proteger la entrega de alimentos de la ONU durante la hambruna de 1992-93.
En octubre de 1993, tuvo lugar la batalla descrita en la película "Black Hawk derribado" y unos meses después los soldados estadounidenses y la misión de paz de la ONU abandonaron Somalia.
La guerra civil continuó y los bombardeos y las balas convirtieron a Mogadiscio en la ciudad que es hoy. Actualmente, la milicia islamista radical Al Shabab, que aún controla una parte importante del centro y sur del país, está enfrentada a las tropas del Gobierno y a la misión de paz de la Unión Africana (AMISOM).
La exposición ha sido organizada por Rasna Warah, una escritora y periodista keniana. Warah cuenta que, tras visitar y escribir sobre Mogadiscio en noviembre del año pasado, un somalí que vive en Estados Unidos le escribió y le envió varias fotos antiguas de la ciudad. "Me sorprendió ver lo hermosa que Mogadiscio había sido y de ahí nació la idea de la exposición".
Este emigrante la puso en contacto con Mohammud Diriye, encargado del Museo de Mogadiscio antes de la guerra, que tras convertirse en refugiado se estableció en Estados Unidos y que durante todos estos años ha guardado muchas viejas fotos de su ciudad. Entre Diriye y Warah seleccionaron varias imágenes que contrapusieron a las que la escritora keniana tomó durante su viaje a Somalia y así nació esta muestra.
"El objetivo último es que la gente de Mogadiscio pueda ver la exposición", dice Warah en conversación telefónica, "muchos son jóvenes que nunca han visto estas imágenes y la idea es que les sirvan de inspiración para reconstruir su ciudad".
Warah, autora de varios libros sobre urbanismo, destaca que Mogadiscio era la mayor y más importante ciudad del oriente africano, con una larga historia y una rica tradición cultural y arquitectónica que se remontan al siglo X. Además, lamenta que hoy nadie parece recordar estos hechos. "En los últimos 20 años, la historia de Mogadiscio ha sido contada por dos tipos de gente: la ONU, para quien todo el mundo tiene hambre, y los periodistas occidentales, que sólo ven en ella guerra y terrorismo".
La escritora espera que esta exposición sea un primer paso hacia el momento en que los somalíes puedan contar su propia historia al resto del mundo. "Aunque es verdad que es irónico y extraño que yo misma no sea somalí y que hayamos montado la exposición en Nairobi y en la Alianza Francesa", reconoce hoy.
Desde que en agosto del año pasado Al Shabab abandonara Mogadiscio, han ido poco a poco apareciendo artículos que describen la cierta vuelta a la normalidad de la ciudad. Además, en las últimas semanas las tropas gubernamentales y de AMISOM ocuparon la ciudad de Afgoye, cercana a Mogadiscio desde donde Al Shabab preparaba sus atentados en la capital. Por su parte, las tropas kenianas tomaron Afmadow, necesaria para lanzar la ofensiva sobre el último bastión de la milicia islamista: la ciudad portuaria de Kismayo. Militares y diplomáticos en la región consideran que la pérdida de Kismayo podría ser el principio del fin para Al Shabab y el inicio de la reconstrucción del país.
Mientras tanto, hoy Mogadiscio muestra sus dos caras y su doble historia en Nairobi. "Somalia lo ha perdido todo en términos de economía y de educación", resume Salat con seriedad, "y que una ciudad o un país colapsen es fácil pero reconstruirlos es muy difícil".

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