mércores, 25 de abril de 2012

“Cuando salíamos de Málaga, antes de entrar los fascistas”


Un catedrático de Psicología rescata y analiza 142 dibujos de niños republicanos evacuados en la Guerra Civil
En febrero de 1937, María, de 12 años, salió de Málaga en un autobús camino de Almería. Ante el avance imparable de las tropas franquistas, la niña fue trasladada a una colonia al sur de Francia. Allí, a petición de una organización cuáquera de ayuda humanitaria, la pequeña refugiada plasmó en un dibujo sus recuerdos de la evacuación. Con trazo infantil, la niña pintó dos autobuses, uno de los cuales llevaba la bandera republicana en la parte trasera, y unas casas bajas como las que ocupaba la burguesía en la parte este de Málaga. Al pie, María puso la siguiente inscripción: “Cuando salíamos de Málaga antes de entrar los fascistas”.
El dibujo es el número 26 de los 142 que ha estudiado el catedrático de Psicología de la Universidad de Málaga (UMA), José Antonio Gallardo, para su libro El dibujo infantil de la evacuación durante la Guerra Civil y es el que más ha impresionado a su autor. “Observándolos no se puede saber si el niño que ha vivido y dibujado un bombardeo está más traumatizado que el que ha plasmado una evacuación y ha dibujado un sol y unas flores. No se puede comprobar el estrés, pero sí se observa que en ninguno de los dibujos existe la sonrisa”, afirma Gallardo, que ha dedicado casi diez años a la recopilación y análisis de los trazos infantiles.
Gallardo ha manejado más de 2.200 piezas. La mayoría procede de la organización cuáquera que, en 1937, viajó a España para recoger los dibujos de niños republicanos evacuados a diferentes colonias dentro y fuera de España. Estos sirvieron de base para una exposición en la planta baja de los grandes almacenes Lord&Taylor, en la Quinta Avenida de Nueva York. La subasta de alguna de estas obras y el catálogo de la muestra, con prólogo del escritor Aldous Huxley, sirvieron para recaudar fondos para el Gobierno republicano.
Gallardo localizó los dibujos en las universidades de California-San Diego y de Columbia, en Nueva York, en una librería privada de Ontario (Canadá) y en la Biblioteca Nacional de España, entre otros fondos. Finalmente, optó por las obras en las que los niños, de entre seis y 15 años, reproducían su evacuación. “Es el acontecimiento en el que el impacto psicológico de la guerra se muestra con mayor claridad, y sobre el que existe mayor bibliografía”, afirma el catedrático.
Un rasgo frecuente es la ausencia de algunos miembros corporales en los personajes pintados por los niños. “En uno de ellos sale gente corriendo y ninguno de ellos tiene brazos. Karen Machover, una psicóloga norteamericana experta en dibujo infantil, ya recogió en los años 50 del siglo pasado que este era un signo de estrés postraumático”, asegura Gallardo.
Las piezas reflejan tanto la tristeza de los niños como el miedo y la incertidumbre de los adultos. Ricardo, de 12 años, pintó a su madre planchando. “La figura da miedo, la cara refleja la ansiedad y el temor de la madre al saber que su hijo se va de casa sin saber por cuánto tiempo”. En el dibujo número dos, de Antonio, sale el padre con un vendaje en la cabeza “y un hundimiento moral completo”.
Uno de los aspectos más originales de la investigación ha sido el cálculo del “sonido latente” en los dibujos. Con la ayuda del doctor en Ciencias Físicas de la UMA Pedro Galán Montenegro, Gallardo ha implantado un procedimiento logarítmico y un test de 44 preguntas para traducir a decibelios las imágenes. El libro ha sido editado por la Universidad de Málaga y la recaudación irá destinada íntegramente a la Cruz Roja.

El padre de la quinta ciudad


Una biografía repasa la vida de José Pasín, el primer concejal obrero de Compostela
DIANA MANDIÁ Santiago de Compostela 16 ABR 2012 - 22:44 CET
Mediado septiembre de 1892, la quinta ciudad de Compostela, la que no era ni clerical, ni noble, ni universitaria, ni comercial, sino que llegaba a los arrabales artesanos plagados de chabolas, entró en el Teatro Principal, un púlpito laico pero vetado al obrero raso, para escuchar un mitin del republicano Pi i Margall, que acababa de participar en la inauguración del curso universitario. Entre el público estaba José Pasín, hijo de 14 años de un cerrajero y de una labradora del barrio de Santa Marta y, pese a sus orígenes humildes, prometedor aprendiz de ebanista. Con los años, el adolescente se convertiría en el primer concejal obrero del Ayuntamiento de Santiago (1911), en teniente de alcalde de Compostela (1931-1934), en el artífice de un plan para frenar la degradación de los soportales de las calles y urbanizar la zona nueva en armonía con el casco histórico y en uno de los miembros del dispositivo de vigilancia que desde el golpe de estado de Franco protegió la catedral y los conventos de Santiago de posibles asaltos. “Por lo menos en este episodio, el patronato del Santiago “Y cierra España”, tan sobado por la mítica del nacionalcatolicismo, nada tuvo que ver con la preservación de la riqueza monumental de Compostela, tal y como de manera interesada había proclamado el fanático sacardote Silva Ferreiro”, contradice el historiador Dionisio Pereira en José Pasín Romero: Memoria do proletariado militante de Compostela, una biografía del sindicalista editada por la Fundación 10 de marzo, presentada ayer en Santiago.
 El encuentro de Pasín con Pi i Margall, a quien siempre consideraría su mayor ídolo político, coincidió con el nacimiento del Centro Unión Republicana, del que el compostelano fue asiduo visitantes desde sus inicios. En el antiguo edificio del Tribunal de la Inquisición, el joven entró en contacto con la prensa obrera y con otros trabajadores en los que despertaba la conciencia de clase. Por entonces habían pasado veinte años de la primera manifestación obrera de Santiago, protagonizada por 150 zapateros que, además de marchar por las calles de la ciudad histórica reclamando la solidaridad de otros trabajadores, montaron un efímero taller colectivo en la rúa das Orfas para ofrecer calzado a precios más bajos que en los talleres de la patronal. “Lo único que podía hacer competencia en altura a las torres de la Catedral era la chimenea de la Tintorería España”, ejemplifica Pereira para explicar el tibio sentimiento de clase en una ciudad que durante la juventud de Pasín carecía de un proletariado a la manera de Vigo o Ferrol. La clase trabajadora en Compostela, marginada de la gestión de los asuntos públicos y alejada del centro monumental, era una mezcla de artesanos y jornaleros que trabajaban la tierra en las épocas de mayores aprietos. En 1987, la ciudad tenía 2.600 trabajadores por cuenta ajena, el 12% de su población; con todo, el paro era endémico, sobre todo en invierno y, las condiciones de vida de los obreros, penosas.
 “Frente al Círculo Católico, Pasín es el representante más eximio del pensamiento no alineado”, recalca el historiador Lourenzo Fernández Prieto, coordinador de Nomes e Voces, el proyecto universitario dedicado a arrojar luz sobre las víctimas de la represión franquista en Galicia. La revisión de la figura de José Pasín echa por tierra el estereotipo de la Compostela “levítica”, la ciudad adormecida de clérigos e hidalgos. “Es la ciudad en la que se desencadena la segunda cuestión universitaria [el conflicto científico sobre la introducción de la teoría darwinista en la univerisdade, que acabó con la expulsión de profesores krausistas de Santiago]”, prosigue Fernández Prieto. La inexistencia de un proletariado industrial, un tejido social poco proclive a la afirmación de clase o el peso del todopoderoso Montero Ríos dieron lugar a un movimiento obrero “peculiar”, configurado “en sociedades de resistencia cimentadas en el orgullo de oficio, de origen gremial”. En 1916, José Pasín fundó la Federación de sociedades obreras y agrícolas de Santiago y pueblos comarcanos, a medida que la población asalariada crece en número y en la calle el ambiente se crispa. Los seis agricultores muertos y los 40 heridos por una acción de la Guardia Civil en Porto do Son, en otoño de ese mismo año, no son más que un ejemplo. El Ayuntamiento pretendía repartir el déficit municipal entre las parroquias, decisión que encontró el enérgico rechazo de los vecinos.
Pasín, que con el estallido de la Guerra Civil y los 58 cumplidos escapó al monte durante tres años —atrás quedaron dos hijos fusilados, Modesto y Marcelino— escribió sus propias memorias, de las que pueden leerse diversos fragmentos en la obra de Pereira. “Es un homenaje que debemos a los que hicieron posibles los avances sociales y laborales, los que ahora están en riesgo por culpa del capitalismo depredador y sus servidores políticos”, recalca Pereira.

Radio, prensa y televisión para la causa saharaui


La información con mensaje político se retransmite en los campos de refugiados de Tinduf desde hace 37 años. El primer espacio radiofónico saharaui surgió en Libia en 1974
PATRICIA CAMPELO Campamento '27 de febrero' (Argelia)
En mitad de la hamada argelina, una zona inhóspita al sur de Argelia, se levantan las edificaciones que albergan toda la red de comunicaciones de los exiliados del Sáhara Occidental. En esta simulación de país que han creado en mitad de la nada y partiendo de cero, saharauis formados en Argelia, España y Cuba, entre otros países, impulsan la vertiente de la información y del entretenimiento en los campamentos de refugiados. La precariedad de las instalaciones incluye un mensaje de provisionalidad: "Esto es así hasta que podamos volver a nuestra tierra", explica un responsable del ministerio de Información de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). Pero después de 37 años viviendo en el exilio, la vida tiende a buscar vías óptimas de supervivencia sin descuidar las reivindicaciones políticas. Para ello, una radio, una televisión y un periódico semanal proveen a las personas de los campamentos de una información que deja poso político.
La televisión de la RASD, inaugurada el 20 de mayo de 2009, emite informativos en directo una vez al día. El boletín informativo se emite también en castellano y se repite dos veces al día excepto si suceden novedades, que entonces renueva su contenido. Un total de 10 personas preparan la parrilla informativa cada día de la semana en un edificio que se levantó con la ayuda de una asociación sevillana. La pata del entretenimiento la forman programas políticos y sociales. "El objetivo es transmitir la imagen del pueblo saharaui por todo el mundo", indica Ebno Blal, encargado del canal televisivo en ausencia de su director. Las emisiones llegan a través del satélite Intelsat, y toda la programación es de elaboración propia. "No emitimos películas, sólo informativos y programas de contenido político y social", narra.
Dos platós integran el edificio de la televisión de la RASD: uno para los informativos y otro, más grande -con tres cámaras y siete focos- para los programas. Encima de una mesa aún permanecen a la vista del visitante los periódicos del día -entre ellos, el diario catalán La Vanguardia- que tertulianos comentan en uno de los programas de contenido político.
Información bélica
La radio la trajeron los primeros refugiados que huyeron de la guerra con Marruecos, tras la salida de España del territorio en 1975. El 6 de noviembre de ese año, la dictadura franquista cedió la provincia española número 53 al reino alauita mediante unos acuerdos que no reconoce ni aprueba la comunidad internacional. Muchos saharauis encontraron asilo en la hamada argelina donde aún permanecen. Otros se quedaron a defender el territorio originario de los nómadas del desierto en una guerra entre Marruecos y el Frente Polisario que se prolongaría hasta 1991, fecha del alto el fuego auspiciado por Naciones Unidas. En los primeros años del conflicto, la radio ofrecía información de los muertos y heridos en combate. Ahora, el canal se utiliza para preservar la memoria de los vencidos. "La radio es un instrumento más en la lucha del pueblo para hacer llegar nuestro mensaje en todo el mundo y romper el bloqueo informativo de Marruecos en los territorios ocupados", explica Jalil Mohamed Lamin, responsable en el ministerio de Información saharaui.
De las bondades del satélite también se beneficia la radio, que emite durante varias horas al día por el canal de televisión. "Así se evitan interferencias intencionadas", apunta Lamin sobre el bloqueo informativo marroquí.
La cultura, la música, el deporte, la mujer, la juventud y la cultura son los ámbitos temáticos que abarca la programación, realizada en cuatro estudios diferentes. Por su parte, en el boletín de información de la RASD tienen cabida cuantos actos se desarrollan en los cinco campamentos de refugiados y en las zonas ocupadas por Marruecos, al otro lado del muro de 2.700 kilómetros que divide a los habitantes del desierto.
El periódico
Una publicación semanal, Sahara El Hora, completa la estructura comunicacional de la RASD en los campos de Tinduf. Los 3.000 ejemplares de 16 páginas, dos de ellas en castellano, se imprimen en rotativas argelinas y se cocinan en Rabuni, el centro neurálgico donde se concentran, además de la radio y la televisión, las principales sedes institucionales del gobierno saharaui [Parlamento, palacio presidencial y ministerios]. "Se trata del periódico oficial, del estado, con finalidad política", aclara su director, Mohamed Talhi, quien dirige un equipo de diez personas. Los miércoles se cierra la edición, se remite a imprenta y el domingo se reparten los ejemplares gratuitos en cada wilaya (provincia) del Sáhara de refugiados. Esta prensa escrita, que ahora tiene su versión digital, también nació al calor del destierro. La hemeroteca da fe de ello: aún conservan algunos ejemplares publicados a finales de 1976.
El primer altavoz del pueblo saharaui
La memoria radiofónica de los habitantes del desierto se remonta a 1974, cuando desde la ciudad libia de Trípoli se emitía en onda corta el programa ‘Saguia el Hamra y Río de Oro en vía de libertad'. "Era un espacio de media hora en el que los libios emitían informaciones para los saharauis", recuerda Jatry Aduh, presidente del parlamento, que por entonces era un inquieto veinteañero. Información y sensibilización eran los objetivos de aquellos mensajes que llegaban a las ciudades del Sáhara Occidental. "Había información y divulgación de la causa saharaui para sensibilizar tanto al propio pueblo como al resto del mundo árabe", ilustra Aduh.
El mensaje que llegaba por las ondas aquellos años era el mismo que aún reivindican en los campamentos de refugiados: la descolonización y la independencia del territorio delimitado al norte por el río Saguia el Hamra y al sur por el río de Oro. "La voluntad de la población para liberar su país sigue siendo férrea y cada vez más fuerte a pesar del tiempo que ha pasado desde la ocupación", concluye el político saharaui.

luns, 23 de abril de 2012

Las ONGs denuncian que hay 400 millones de niños esclavos


Las organizaciones critican esta situación y piden un esfuerzo mayor contra este fenómeno
PÚBLICO.ES Madrid 16/04/2012 10:01 Actualizado: 16/04/2012 10:45
Cerca de 400 millones de niños viven en situación de esclavitud, muchos de ellos trabajando en la fabricación de productos que se comercializan en Europa y el resto de Occidente.
Organismos y ONG internacionales denuncian la situación de estos niños y piden que se luche contra este fenómeno para no abandonarles a su suerte.
Muchas empresas multinacionales explotan a niños en países con escasos recursos y altos niveles de pobreza. La Confederación Española de Religiosos (Confer) recrimina este aspecto y señala que "puede que los plátanos que comemos y el café que degustamos estén empapados del sudor de muchos niños y niñas latinoamericanos o africanos". Denuncian que, indirectamente, la esclavitud infantil forma parte de nuestras vidas.
"Puede ser que las alfombras que pisamos estén tejidas por esclavos paquistaníes; cortinas, camisas, joyas y otros manufacturados podrían ser fruto del trabajo oculto y forzado de menores de la India; balones y juguetes de nuestros niños podrían gotear sangre de tantos menores asiáticos y caribeños", detallan.
Las organizaciones denuncian las situaciones precarias en las que estos niños viven y piden un esfuerzo mayor ya que, pese a los años de lucha, la legislación internacional, las denuncias y los programas de apoyo la esclavitud existe y sigue moviendo millones de euros al año.
Conciencia social
UNICEF presenta un vídeo con las historias de cuatro jóvenes que fueron víctimas de la trata y la explotación con el fin de concienciar a la sociedad sobre este tema. El documental se grabó en Tapachula y en la ciudad de México y relata los engaños y las explotaciones a las que se les sometió.
Estas historias, por el momento, tienen un final feliz ya que han conseguido escapar de los abusos a los que estuvieron expuestos.
Homenaje a Iqbal Masih
El Día Mundial contra la Esclavitud Infantil tiene esta fecha para homenajear a Iqbal Masih, un niño esclavo paquistaní de 12 años que logró liberarse de sus "amos" y luchó por la liberación de otros niños hasta que le asesinaron el 16 de abril de 1995, por la mafia de los fabricantes de alfombras para los que trabajaba.
Este niño fue "cedido" por su padre con tan sólo cuatro años a la empresa, a cambio de un préstamo de 600 rupias, unos 12 dólares. Durante seis años, Iqbal trabajó doce horas cada día, encadenado al telar y sufriendo los golpes de sus jefes cuando se dormía o se despistaba.