martes, 12 de febreiro de 2013

Alemania reabre una investigación por la peor matanza de los nazis en Francia


Agentes judiciales buscan nuevas pruebas en el pueblo de Oradour-sur-Glane
Agentes judiciales alemanes viajaron esta semana al pueblo francés de Oradour-sur-Glane en busca de evidencias contra seis alemanes sospechosos de haber participado en la masacre de 642 civiles en 1944. Según el jefe de la Agencia para el esclarecimiento de crímenes de guerra nazis, Andreas Brendel, los investigadores están colaborando con las autoridades francesas.
La Justicia alemana retomó las investigaciones en 2010 y ordenó registrar las viviendas de los seis veteranos de la Waffen-SS, que hoy cuentan 86 y 87 años. Según los informes judiciales, el estado de salud de tres de ellos les impedirá responder de las acusaciones. Aunque el asesinato no prescribe como delito en Alemania, cabe dudar de que los otros tres vayan a tener que acudir a los juzgados de Dortmund que investigan el caso. El fiscal de la ciudad alemana, Ulrich Schepers, participó en el viaje a Oradour, donde se ha entrevistado con supervivientes y ha visitado las ruinas de la población arrasada hace 69 años. Las ruinas del pueblo se conservan tal y como quedaron, como recordatorio de la barbarie nazi.
 Apenas cuatro días después de que los estadounidenses desembarcaran en Normandía con una de las victorias decisivas de la II Guerra Mundial, unos 150 hombres del regimiento de infantería acorazada Der Führer de la Waffen-SS (el brazo militar de la organización nazi SS) cercaron el pueblo de Oradour, próximo a Limoges, en el oeste francés. Era la una y media de la tarde. El comandante Adolf Diekmann dio la orden de matar “con disparos a todos los habitantes, también a los niños”. Empezaron hacia las dos de la tarde y, según el criminal de guerra Heinz Barth, terminaron “rápido”. Ataron a unos 200 hombres. A las mujeres y a los niños los metieron en la iglesia y le prendieron fuego. Mientras ardía, los alemanes ametrallaron a los hombres. Para terminar quemaron el resto de la población, ya vacía.
Por su implicación en la masacre, Barth fue condenado a cadena perpetua en la República Democrática Alemana (RDA) en 1983. Salió libre en 1997. Otros 60 soldados fueron condenados a penas menores. En 2010, unos investigadores alemanes dieron con documentos incriminatorios para otros seis veteranos en los archivos de la policía política de la RDA. Según Brendel, apuntan a que también participaron en la matanza de Oradour, que fue el peor crimen perpetrado por los nazis sobre territorio francés durante la II Guerra Mundial.
Pero no el único: los investigadores de Dortmund buscan posibles supervivientes alemanes de la masacre de Maillé, cerca de Tours, donde fueron asesinadas 124 personas el 25 de agosto de 1944. Alemania no extradita a sus ciudadanos ni siquiera por crímenes de este calibre. No obstante, el código penal alemán tiene la ventaja de que los asesinatos y también la complicidad pueden ser perseguidos de por vida.
Mientras los investigadores viajaban a Francia, esta semana se conmemoraba en Berlín el 80º aniversario de la “toma de poder” por parte de Adolf Hitler y el partido nazi. La superviviente del Holocausto Inge Deutschkron habló el miércoles ante el pleno de la Cámara baja (Bundestag), en el mismo edificio del Reichstag que albergaba el Parlamento alemán que Hitler convirtió en una farsa. Ochenta años después, las más altas instituciones han vuelto a lamentar aquella deriva criminal.

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