venres, 7 de febreiro de 2014

'Cuerpos rotos', ilustraciones médicas, aparatos y especímenes de la Guerra Civil Estadounidense


Una muestra en Filadelfia ahonda en los tratamientos y prácticas aplicados en la guerra que enfrentó a los estados del norte y a los del sur en el s.XIX.
Tratar a soldados heridos y enfermos sirvió a los médicos para formarse, avanzar en métodos e investigaciones; escribir manuales, conservar muestras...
Hay testimonios de la época, fotografías de veteranos con secuelas físicas, ilustraciones didácticas, cráneos y huesos perforados, aparatos médicos...
HELENA CELDRÁN. 05.02.2014 - 20minutos.es
Vítima dun disparo na cara
"Tenemos ahora cerca de 3.400 pacientes en nuestro hospital. De hecho, es como si estuviéramos en medio de una pequeña ciudad. Allá a donde miras nos encontramos con multitudes de mutilados, cojos y ciegos caminando como pueden por los pasillos y por los patios". El testimonio de 1864 pertenece al diario de una monja católica que ayudaba en el hospital Satterlee de Pensilvania, uno de los muchos centros desbordados por la llegada de soldados que combatían en la Guerra Civil Estadounidense. 

Aunque durante el conflicto —que enfrentó entre 1861 y 1865 a los estados del norte y a los Confederados del sur, que luchaban por independizarse de los EE UU— no hubo batallas en Filadelfia y sus alrededores, decenas de miles de soldados enfermos y heridos llegaron a la ciudad en trenes y barcos de vapor para ser tratados en hospitales locales. 

El Museo Mütter de Filadelfia ahonda con una nueva exposición permanente en las prácticas y tratamientos médicos en los años de la contienda. El primer centro de historia médica en los EE UU, que pertenece al Colegio de Médicos de Filadelfia y cumplió recientemente 150 años de su fundación, inaugura Broken Bodies, Suffering Spirits; Injury, Death, and Healing in Civil War Philadelphia (Cuerpos rotos, espíritus sufrientes: heridas, muerte y curación en la Filadelfia de la Guerra Civil).
Piernas amputadas tras resultar terriblemente deterioradas por balas de mosquete y de las que ya sólo quedan huesos; oscuras fotografías de veteranos, delicadas ilustraciones con indicaciones para hacer perforaciones craneales, prótesis, tratados ilustrados de neurología... Un compendio de ilustraciones, aparatos médicos y especímenes anatómicos de la época acompañados de montajes interactivos abordan las consecuencias físicas de los soldados.
En el recorrido, destacan los testimonios de combatientes, médicos y voluntarios que atendieron a los afectados. "Tenía 24 cuando perdí el brazo, ahora tengo 67 años. (...) Los dedos se sienten perfectamente y duelen algunas veces (...)", escribía en 1906 el teniente coronel Henry Shippen Hudekoper, veterano de la Guerra Civil Estadounidense, en una carta personal. "Los procesos modernos con que los cuerpos de oficiales y soldados han sido embalsamados y restaurados (...) son sólo la menor de las bendiciones con que la ciencia nos ha obsequiado desde el comienzo de la guerra", declaraba al periódico The New York Times en 1862 el director médico H.W.Rivers.

Los organizadores destacan que el traumático conflicto nacional no sólo fue definitivo para establecer un sistema de cuidados hospitalarios en los EE UU, sino que además sirvió a especialistas y personal médico para avanzar en métodos e investigaciones. En la Costa Este muchos nunca habían visto antes de la contienda una herida de bala, se desarrolló en el país la idea de la ambulancia; se comenzó a crear documentación en torno a las secuelas, entre las que estaba el síndrome del miembro fantasma que tantos soldados sufrieron en un momento en el que hasta la herida más superficial podía infectarse y derivar en una necrosis.

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